En el Santuario italiano denominado del
"Volto Santo", situado en la localidad de Manoppello, se venera el
denominado en español "Santo Rostro", el cual aparece fotografiado en
esta página.
El Santo Rostro es un velo o paño que
mide 17 centímetros de lado por 24 de alto. Este velo está protegido entre dos
hojas de vidrio. No se conoce con exactitud cuál es el tipo de fibra del que
está compuesto, ya que no ha sido examinado directamente, sin los vidrios
que lo protegen. Parece ser que podría tratarse de un paño fabricado con
algún tipo de biso marino. El biso es el producto de secreción de una glándula situada en el pie de muchos moluscos lamelibranquios, que se endurece en contacto del agua y toma la forma de filamento.
El vocablo biso procede del griego y significa precisamente "lino de la
India", lo que nos indica ya su uso como tejido. Lienzos de biso marino se
han hallado en las pirámides de Egipto.
Una de las características de este velo es que es extremadamente tenue. La
imagen es visible tanto desde la parte anterior como desde la posterior. Si se pone un periódico detrás de la
imagen, se puede lee fácilmente incluso desde lejos. Estas dos fotografías
permiten apreciar este efecto de transparencia.
No se sabe con
exactitud desde cuándo esta imagen se encuentra en Manoppello. El padre
capuchino Donato de Bomba escribió en el año 1640 un denominado "informe
histórico" sobre los orígenes de la reliquia. Según este documento, un desconocido llevó a Manoppello el Velo
el año 1506 y lo entregó a uno de los magnates del pueblo,
un tal doctor Giacom’Antonio Leonelli, que estaba sentado en un banco frente a la iglesia. Se cuenta que el doctor entró en la iglesia y abrió el rollo en el cual estaba el Velo. Inmediatamente
después salió de la iglesia pero no halló el desconocido portador del rollo que
había desaparecido sin dejar rastro. Según el citado documento, el Velo con la Imagen
perteneció durante un siglo a la familia Leonelli hasta que fue destinado como regalo de boda para una componente femenina de la familia, Marzia Leonelli, pero no efectivamente entregado. En 1608 el marido de esta mujer, Pancrazio Petrucci, un soldado, robó el
Velo en casa de su suegro. Unos años después esta mujer
lo vendió por 4 escudos al doctor Donat’Antonio De Fabritiis para rescatar el marido,
prisionero en Chieti. El Velo fue luego donado por la familia De Fabritiis a los Capuchinos.
Esta es la información dada a conocer por el padre capuchino en 1640. Sin
embargo, algunos historiadores consideran que parte de la historia facilitada
por Bomba es meramente legendaria, y que la imagen no apareció en Manoppello
hasta el año 1608 aproximadamente. En concreto, según el profesor Heinrich Pfeiffer,
catedrático de icononografía e historia de arte Cristiano en la Universidad pontificia Gregoriana,
lo único históricamente cierto del referido documento es que Marzia Leonelli vendió el Velo al Doctor Donat’Antonio De Fabritiis en el período que abarca el 1618 y el 1620.
Según algunos
historiadores, el Santo Rostro de Manoppello se correspondería con la
Verónica conservada antes en Roma, en concreto en la Basílica de
San Pedro. Se sabe que el Papa Julio VII construyó el año 705 en la antigua Basílica de
San Pedro una capilla para guardar el Velo de la Verónica, el cual era exhibido
a la multitud en las grandes ocasiones. En palabras del historiador Jan Wilson,
"es cosa resabida que en Edad Media y en el Renacimiento durante los años santos (generalmente cada 25 o 50 años o al cambio del siglo) la Verónica era
exhibida a millones de peregrinos llegados a Roma para verla (...). En el Año Santo 1450 por ejemplo, la muchedumbre de los peregrinos fue tan grande que un día 172 de ellos fallecieron porque la vigilancia no fue
adecuada". Sin embargo, desde la construcción de
la nueva Basílica de San Pedro, la Verónica romana ya no ha sido expuesta al
público, ni se han mostrado luego fotografías de ella. A partir de estos
datos, surge la hipótesis de que la Verónica romana fuera robada con ocasión
de la construcción de la nueva Basílica de San Pedro, tras lo que aparecería
luego en Manoppello. El año 1608 fue cuando comenzó la demolición de
la parte de la Basílica antigua en la que se encontraba la capilla de la Verónica.
Según esta hipótesis, esta última demolición sería el momento preciso en el
que se realizó el hurto de la reliquia y su venta posterior a Manoppello. Así,
y según estudios históricos citados por el profesor Pfeiffer, con motivo de la reestructuración de la Basílica de San Pedro, realizada por el Papa Pablo V (1605-1621), en 1608 se abatió la Capilla en la que se custodiaba y es probable que en esa ocasión fuera robada la reliquia.
En 1618, el archivista del Vaticano Giacomo Grimaldi hizo una lista de los objetos de la antigua Basílica de San Pedro, en la que habla del relicario que custodiaba el Velo, especificando que los cristales estaban rotos.
El padre Pfeiffer explica que en el velo de Manoppello, en el margen inferior, se puede ver todavía un pequeño fragmento de cristal del anterior relicario, lo que demostraría su procedencia del Vaticano.
Relicario de 1350 en el que se
exhibió la Verónica en la Basílica del Vaticano hasta el siglo XVII.
Puede comprobarse como el cristal está roto, tal y como indicó en el
año 1618 Giacomo Grimaldi
El Santo Rostro de
Manoppelo ha sido estudiado por Donato Vittore, Profesor de la Universidad de Bari.
Su opinión es la siguiente:
"Usé un pequeño scanner digital de resolución muy alta que se aplica detrás de una cámara fotográfica con fuelle y el analizador funciona como película fotográfica.
La imagen obtenida como una fotografía es en realidad una fotografía digital que puede ser memorizada con una notable cantidad de datos. Cuando la foto está elaborada por la computadora se puede ampliarla notablemente sin perder resolución y fue posible analizar fibra por fibra o la entera imagen del Santo Rostro.
La diferencia con una fotografía normal está en el hecho de que la cantidad de datos conseguidos es tan grande que permite elaborar continuamente las imágenes según las necesidades. La imagen fotográfica, al contrario, aunque sea adquirida y fijada, no puede dar otras informaciones ya que la resolución es estandardizada.
A primera vista el Santo Rostro puede parecer una pintura. Un análisis más diligente y el estudio de todas las características me han dejado dudoso. Esta imagen, en efecto, puede ser vista en la misma manera sea desde adelante
o sea desde atrás y yo no
conozco una pintura que mirada desde los dos lados ofrece la misma imagen, especialmente si se pone una luz en un solo lado. La sutil consistencia del velo y su extraordinaria transparencia muestra también la misma tonalidad de color. Mis estudios han sido profundizados; después de haberlo fotografiado, allí en su sitio, tuve la posibilidad de observar la imagen obtenida con el monitor que permite una amplificación extraordinaria sin desenfocar las imágenes y comprobé que en el espacio entre el hilo del urdido y el de la trama no hay residuos de color. Si pienso en una pintura al óleo, imagino que hay entre los hilos un poco de depósito de color: por lo tanto se debe excluir el uso de esta técnica en la Reliquia de Manoppello. Tenemos que excluir también el uso de la acuarela porque los contornos de la imagen son tan limpios en el ojo y en la boca, mientras que la acuarela empapa en manera no exacta el hilo provocando aréolas en los detalles. Creer que sea una estampa significa no considerar que la imagen es perfectamente visible desde los dos lados. Estamos considerando una obra muy antigua y las técnicas utilizadas en aquel tiempo no eran muy sofisticadas. Pienso seguir adelante con mi averiguación con método fotográfico ampliando aún más esta imagen también con el auxilio de la computadora tratando de entrar en el interior de la fibra para descubrir si tiene depósitos de color o si se trata de una fibra pura que asumió un color y yo no conozco la causa.
Todo es muy misterioso y este misterio me encanta."
El Santo Rostro ha sido
comparado con el de la Sábana Santa de Turín. Según la iconógrafa
Blandina Pascalis Shlöemer, que es
quien ha realizado este análisis:
"El trabajo fundamental ha sido individuar los puntos de convergencia.
Averigüé más de diez de ellos: caverna ocular izquierda, caverna ocular derecha con la "pequeña gota" confinada en el ámbito del iris, parte derecha de la nariz sobre el lado vertical, el pequeño círculo encima del labio superior etc. hasta que obtuve la perfecta superposición. Así mi intuición se hizo una maravillosa realidad y pude comprobar que las efigies misteriosamente
impresas en la Sábana Santa de Turín y en el Velo de Manoppello son, sin lugar a dudas,
la misma".
El estudio
comparativo se puede apreciar en esta fotografía:
No es posible dar una opinión
definitiva sobre esta reliquia. Son necesarios mayores estudios. Además, y para
poder reconstruir el itinerario histórico del Santo Rostro, sería necesario el
que pudiera exponerse al público la Verónica de Roma, si es que esta reliquia
sigue existiendo, tal y como se afirma.
El prestigioso
especialista en la Sábana Santa Pierluigi Balma Bollone ha señalado
recientemente, haciendo referencia al trabajo de Falcinelli, titulado en
italiano Il velo di Manippello:mano divina o dàrtista?, que no estamos
ante una imagen milagrosa, sino ante una obra pictórica del siglo XVI. Según los
estudios de Falcinelli, publicados el año 2005, sobres las fibras aparece
un color que probablemente es acuarela, y las facciones representadas sobre el
velo concuerdan con las de Alberto Durero. Según Falcinelli, se trataría de una
pintura de Alberto Durero.
Efectivamente, Roberto Falcinelli ha encontrado referencias escritas de que el
pintor Alberto Durero, hacia el año 1500, habría realizado un autoretrato que se
describió como una tela "tan fina que era transparente" y que "al mirar a la luz
se transparenta en todo", por lo que parece "como un milagro". El estudio
completo de Falcinelli puede verse (en inglés) en la siguiente dirección
En cambio, S. Jawoski y Guilo Fanti, después de estudiar también el Volto Santo,
han formulado la hipótesis de que el Santo Rostro de Manoppello y la Sábana
Santa de Turín representan el mismo cuerpo torturado, si bien se han formado de
diferente manera y en diferentes circunstancias. En particular, estos autores
han destacado que
la imagen sobre los dos lados del velo no es idéntica.
Esto sucede en particular con el
mechón de cabellos en medio de la frente,
y sería algo que jugaría a
favor de la hipótesis de una imagen no realizada por la mano del hombre.
Puede verse su estudio completo (en inglés) en el siguiente enlace: