La Sábana Santa, espejo del Evangelio

Posiciones en la cruz 

durante la crucifixión

 

 

    Según los estudios médicos realizados por Pierre Barnet, el crucificado adoptaría dos posiciones sucesivas en la cruz. La crucifixión produce un efecto grave sobre la respiración. El peso del cuerpo tirando hacia abajo produce un efecto de asfixia, porque no se puede expulsar el aire. Por lo tanto, si no se cambia de posición, se produce la asfixia. Por tanto, el crucificado debe cambiar de posición, apoyando todo el peso sobre el clavo de los pies para conseguir una elevación suficiente que le permita expulsar el aire viciado. Pero esta posición supone un esfuerzo sobrehumano por lo que, inmediatamente, debe dejarse caer con lo que, a los pocos momentos, vuelve la sensación de asfixia. 

    La teoría de la doble posición en la cruz ha sido puesta en cuestión por el profesor de patología de la Universidad de Colombia Frederick Zugibe. Para este especialista no era posible adoptar estas dos posiciones en la cruz, y el doble reguero en los brazos tendría otra explicación. Según Zugibe la explicación más lógica para  la formación de los hilillos la sangre sería que éstos se formaron después de que se quitaran los clavos de la muñeca, al retirar el cuerpo de la cruz.

 

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