El Evangelio de Marcos nos dice que los
soldados romanos trenzaron una corona de espinas y se la ciñeron a Jesús.
Esta misma información nos la proporciona también Mateo.
En la la Sábana de Turín
aparecen manchas de sangre ocasionada por la colocación de la corona de
espinas. En la imagen se aprecia los efectos de la corona sobre la parte
trasera de la cabeza, ello tanto en la imagen en positivo como en la foto en
negativo.